Así se unen para proteger los manglares
- Redaccion

- 26 jul
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Los manglares son seis veces más eficientes que otros ecosistemas en la captura de gases de efecto invernadero.
Los manglares son conocidos como los ‘riñones del planeta’, la frontera entre la vida terrestre y la oceánica, ellos regulan contaminantes y vientos, son barreras naturales que reducen la altura de las olas entre 13 % y 66 %; protegen a las comunidades costeras de huracanes y tormentas y a pesar de representar menos del 1 % de los bosques tropicales del mundo, secuestran y almacenan hasta 10 veces más carbono por hectárea que los bosques terrestres.
En el Día Internacional de la Defensa del Ecosistema de Manglar, organizaciones sociales hacen un llamado a protegerlos.
“Existen proyectos comunitarios de restauración de manglares y monitoreo que se desarrollan en diversas regiones costeras del país, demostrando que la conservación participativa funciona cuando se respalda con ciencia y recursos adecuados”, comentó Mariana Reyna, Coordinadora de Ciencia en Oceana México, organización internacional dedicada exclusivamente a la protección de los océanos, que pide a las autoridades incrementar la inspección y vigilancia en las zonas de manglar, asignar recursos necesarios para su protección y restauración y fortalecer la coordinación institucional para trabajar de la mano con las comunidades que ya están actuando para frenar su pérdida.
Los ejemplos se suman: las Almejeras de Santa Cruz o las Lobas del Manglar, en Sinaloa y las Guardianas de El Conchalito en Baja California Sur, son cooperativas de pescadoras que han demostrado que la conservación comunitaria es efectiva cuando se reconoce el valor del conocimiento local.
"Las comunidades ya están demostrando que es posible restaurar y conservar los manglares. Lo que necesitan es un mayor respaldo del gobierno para escalar estos esfuerzos y cumplir con la meta de restaurar 400 mil hectáreas anunciadas por la SEMARNAT a inicios de este año", enfatizó.
Otro caso es el del grupo indígena Comcaac —asentado entre el desierto de Sonora y frente a las aguas del Golfo de California—, pueblo que protege los manglares de la Isla Tiburón, que con sus 120 mil hectáreas se considera la región más grande de México y el único manglar no impactado por el hombre en la región, “son los últimos manglares vírgenes del noroeste de México”, señala un testimonio registrado por la periodista Astrid Arellano, en el artículo El pueblo indígena que protege del cambio climático a la isla más grande de México, publicado por Mongabay Latinoamérica.

A principios de este sexenio, la titular de la SEMARNAT, Alicia Bárcena Ibarra, anunció la meta de restaurar al menos 400 mil hectáreas de manglares, lo que representaría 30% de la meta global de restauración para 2030.
México ocupa el cuarto lugar mundial en extensión de manglares con 905,000 hectáreas, es
el segundo en América Latina y el Caribe. Sin embargo, a pesar de que 76% de estas áreas están bajo algún tipo de protección, se ha registrado una pérdida de más de 44 mil hectáreas desde 1996, principalmente debido a la urbanización, la acuicultura y los efectos del cambio climático, según datos del Global Mangrove Watch. Cálculos de Oceana, señalan que se pierden en promedio 10,000 hectáreas anuales, una superficie equivalente a 14.5 veces el Bosque de Chapultepec de la Ciudad de México.
Por su parte, la Alianza Mexicana para la Restauración de Ecosistemas (AMERE) y la Global Mangrove Alliance, han trabajado la Iniciativa Mangrove Breakthrough, un proyecto global que pretende restaurar 15 millones de hectáreas de manglares en todo el plnaeta y movilizar 4 mil millones de dólares para su conservación y restauración, rumbo al 2030, la cual, por cierto, ya tiene el respaldo del gobierno de México.
La gente que vive de y para el manglar
A la fecha, más de 100 millones de personas a nivel mundial dependen de los manglares para obtener alimento, agua limpia, energía y protección, con un valor económico estimado entre 33 mil y 57 mil dólares por hectárea al año.
En México, estos ecosistemas son fundamentales para especies de alto valor pesquero como robalo, pargo, jaiba, almejas, ostiones y diversas especies de camarones, además de ser refugio para aves residentes y migratorias.
Pese a que 76 % de las áreas de manglar mexicanas están bajo algún tipo de protección, la degradación continúa debido al cambio de uso de suelo, expansión urbana descontrolada, desarrollo turístico mal planificado y falta de cumplimiento de las leyes vigentes.
Imágenes cortesía de Oceana México








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