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En segunda vuelta, la COP16 logra acuerdo financiero para la biodiversidad

«Es un día histórico para la biodiversidad. En la #COP16 logramos la adopción del primer plan global para financiar la conservación de la vida en el planeta», así señaló la la presidenta de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, Susana Muhamad, al aprobar la propuesta respaldada por 150 países reunidos en Roma a finales de febrero, con excepción -claro- de Estados Unidos.
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Susana Muhamad, ministra de Ambiente de Colombia y presidenta de la COP16 de Biodiversidad, da cierre al evento en Roma. Foto: Ministerio de Ambiente de Colombia.

 

El acuerdo, que debía llegar a este mismo punto en noviembre pasado en Colombia, pero por falta de quórum tuvo que posponerse para febrero, finalmente se realizó con éxito en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

 

Se trata del primer plan global para financiar la conservación de la naturaleza indispensable para implementar el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, un acuerdo parecido al histórico Acuerdo de París (2015), pero para la biodiversidad en particular.

 

Firmado en el 2022 el acuerdo Kuming-Montreal establece 23 objetivos para cumplir de aquí a 2030, entre ellos:

 

  • Proteger un 30% de la superficie terrestre y marina 


  • Destinar 200 mil millones de dólares anuales para el 2030, de los cuales 30 mil millones serían ayudas de los países desarrollados a los más vulnerables y  20 mil millones en cooperación internacional que aumentarán a 30 mil millones para 2030.


  • Antes de la COP18 en 2028 el fondo de financiamiento ya deberá ser una realidad para entrar en operación antes de la COP19 en 2030.

 

 El compromiso, encabezado por la Unión Europea, Canadá y Japón permite liberar recursos económicos en un plan de trabajo de cinco años para los países en desarrollo y así reducir la degradación de la biodiversidad.

 

En esa reunión también se puso en marcha el Fondo Cali, un mecanismo financiero destinado que involucra de manera directa al sector privado, que ahora podrá canalizar contribuciones para compensar el uso de información genética obtenida de forma digital.

 

«Como siempre en este tipo de negociaciones, la ambición ha sido a la baja, pero tal y como está el mundo últimamente yo me quedo con la parte increíblemente positiva de que ahora, por fin, tenemos una hoja de ruta clara para conservar y restaurar la biodiversidad, y los recursos económicos para llevarla a cabo», comentó.

 

Dudas sobre el financiamiento

 

Si bien, los países miembro lograron firmar el acuerdo, en realidad no se sabe a ciencia cierta de donde saldrán los recursos y si serán suficientes para los impactos que se avecinan.

 

En noviembre, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estimó que la brecha de financiamiento de la biodiversidad oscila entre los 598 mil y los 824 mil millones de dólares anuales.

 

Diversos informes han hecho estimaciones anuales del dinero que se necesita para proteger efectivamente la biodiversidad. BloombergNEF estima las necesidades anuales en 996 mil millones de dólares, mientras que The Nature Conservancy, en 2020 señalaba una cifra de mil millones. 

 

“La COP16 cerró con avances tímidos, pero en la dirección correcta. En un contexto de movilización financiera insuficiente para conservar la biodiversidad, se lograron compromisos clave, como la promoción de mecanismos de acceso directo al financiamiento para Pueblos Indígenas, comunidades locales, mujeres y jóvenes, así como el reconocimiento de la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional para garantizar los recursos necesarios”, comentó Emilio Spataro, asociado senior en Financiamiento para la Biodiversidad del Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC).

 

Por su parte para la organización WWF el tema de financiamiento no fue suficiente: “Nos preocupa que las naciones desarrolladas aún no estén en camino de cumplir con su compromiso de recaudar 20 mil millones de dólares para 2025 en apoyo a los países en desarrollo”, comentó Efraím Gómez, director de Política Global en WWF Internacional.

 

Las corporaciones pagarán por la información genética

 

En noviembre, durante las negociaciones en Cali se aprobó el Fondo Cali, un mecanismo mundial para recaudar recursos económicos provenientes del uso de la información de secuencias digitales de recursos genéticos (DSI, por sus siglas en inglés), es decir, el uso de los genomas digitalizados de las especies de flora, fauna y hongos, que permite trabajar con información genética sin tener que ir a campo.

 

Ahora, en Roma, se estableció que el fondo será administrado por la Oficina del Fondo Fiduciario de Múltiples Socios (MPTFO) en asociación con el PNUD, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).

 

Las empresas que hacen uso comercial de datos de recursos genéticos de la naturaleza como la farmacéutica, la cosmética y la de alimentos, ahora deberán contribuir con una parte de sus ingresos al fondo y al menos el 50 % de los recursos se asignará a los pueblos indígenas y las comunidades locales, reconociendo su papel como custodios de la biodiversidad.

 

“Sin embargo, el pago de las empresas es voluntario, y está incentivado principalmente por la oportunidad de ganar prestigio reputacional al aparecer en la lista de contribuyentes del fondo”, indicó en noviembre de 2024 Óscar Soria, director de The Common Initiative, un colectivo que agrupa organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil que trabajan en biodiversidad, desarrollo sostenible y derechos de pueblos indígenas y comunidades locales.

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